lunes, 30 de septiembre de 2013

Sólo en sueños


 Solo en sueños,
sólo en el otro mundo del sueño te consigo,
a ciertas horas, cuando cierro las puertas
detrás de mí.

¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan,
y ahora estoy preso en su sortilegio,
atrapado en su red!

¡Con qué morboso deleite te introduzco
en la casa abandonada, y te amo mil veces
de la misma manera distinta!

Esos sitios que tú y yo conocemos
nos esperan todas la noches como una vieja cama
y hay cosas en lo oscuro que nos sonríen.

Me gusta decirte lo de siempre
y mis manos adoran tu pelo
y te estrecho, poco a poco, hasta mi sangre.

Pequeña y dulce, te abrazas a mi abrazo,
y con mi boca en tu boca, te busco y te busco.

A veces lo recuerdo. A veces
sólo el cuerpo cansado me lo dice.

Al duro amanecer estás desvaneciéndote
y entres mis brazos sólo queda tu sombra.


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